Cuando contemplo un retrato como este me aferro más a la sencillez. Ahora que parece que toda fotografía debe tener reflejos, desenfoques, distintos planos, colores cruzados, adivinar donde están los personajes, más covencido estoy de que hay imágenes, que cuantas menos distracciones tengan, más me atraen. Además, si son atemporales, mucho mejor.
